Lava tu alma con el agua que has dado a beber.
Lava tu alma, tus ojos, tus entrañas y tu piel.
En ella hay sierpes y monedas de codicia.
Tu sangre aprendió en ella a sentir y a ver.
A ti que has participado también,
limpia tu alma y tus entrañas,
antes de que acabe el edén.
limpia tu alma y tus entrañas,
antes de que acabe el edén.
La vida espera paciente y silenciosa
a que llegue tu propia marchitez,
a que llegue tu propia marchitez,
para obsequiarte en jarro de oro,
lo que tú hoy das de beber.
Todos exclamara una y otra vez:
¡El jarro es de oro no lo ves!
¡Mira que valioso es!
¿Recuerdas mi propia sangre?,
ella también bebió de él.
Sentirás como las sierpes
crecen en tu interior,
te devoran por doquier
crecen en tu interior,
te devoran por doquier
y al volver la vista atrás,
recordarás la sangre del ayer.
Sin pensar, ni comprender,
que el agua que ofreciste
regresa a ti otra vez.
No sufras.
No llores,
No llores,
es por tu propio bien.
Hay cosas que se heredan,
Hay cosas que se heredan,
¿lo olvidaste tal vez?.
Bebe, apura bien.
Quizás, no pensaste, que:
todo lo que damos regresa otra vez.
Barrotes de rico oro, vas a tener,
como el ruiseñor,
como el ruiseñor,
que canta mientras llora.
No sufras todo estará bien.