Mis lágrimas eran pequeñas gotas
cristalinas talladas en dolor.
Mis lágrimas se reflejaban en la luna,
en el sol, en las montañas, en la lluvia
en mis largas noches sin descanso.
en mis largas noches sin descanso.
Mis lágrimas eran parte de mi alma.
Calladas, taciturnas,
andando de puntillas,
con el miedo reflejado en cada una
de las gotas saladas y temblorosas.
Mis lágrimas blanca y mudas,
me acompañaban
y hacían anillos con el silencio azul
que huía al otro lado de la luna.
Mansas y dulces se deslizaban,
besando los surcos naturales
de mis labios y de mis mejillas níveas.
Llegaban hasta los huesos,
los humedecían, los calaban,
los trituraban de dolor
y los devoraban.
Tensando los músculos
como espinas de alambre.
Torciéndolos sin piedad,
sin paz alguna, sin descanso.
Y todo se volvía de trapo,
sin fuerza, sin voluntad,
sin palabras, sin vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.