Recuerdos blancos y negros.

A veces los recuerdos agarrotan la garganta

y hacen que las lágrimas se vuelvan negras

de dolor 

y otras blancas de nostalgias.

A veces son como espinas,

que se clavan en el corazón 

y poco a poco lo desangran.

A veces es mejor no  mirar, no recordar,

correr un velo, proteger nuestra alma,

para que no sienta nada.

¡Pero a veces es tan difícil,

que el alma escapa y vuela silenciosa 

cuando siente que la llaman.

Entonces los recuerdos son como puntillitas blancas,

como bordados almidonados de ilusiones y esperanzas

y otras agujeros negros donde no queda nada.

Es tan difícil no volver la vista atrás con cada huella dejada,

 es tan difícil no llorar por aquello que se perdió en el ayer,

entre brumas y nostalgias.

¡Son las huellas tan hermosas a veces 

y otras están tan terriblemente gravadas!,

que el corazón se parte de dolor como cristalitos de agua

y se estrellan en el suelo del pasado, donde no queda nada,

¡Tonto corazón que quiere recogerlos y volver a revivirlos, 

una y otra vez entre nostalgias y añoranzas!.

¡Déjalos, corazón mío!, 

¡Déjalos en su lugar!, 

¡En el ayer!, 

¿No ves que son aguijones que me duelen, 

que se clavan en el alma y la desangran?.