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sábado, 2 de junio de 2018

Déjame marchar de Tintero creativo

Cuando un ser querido marcha de esta vida deja una profunda huella en nuestro corazón. Pero no podemos retenerlo. Hay que dejarlo partir. Este texto lo escribí para una amiga que desgraciadamente estaba pasando por estos momentos de dolor. Quería que comprendiera que de alguna forma que ellos desde donde están no les gusta vernos sufrir y quieren que sigamos con nuestra vida adelante.

 
 Recuerda que todo muere en el tiempo. Que la materia vuelve a la materia y lo etéreo a lo etéreo. No intentes cambiar nunca las leyes que rigen lo más sagrado. No te aferres a lo etéreo porque pertenece a un mundo que no es le tuyo.
El cementerio alzaba gris bajo el cielo triste y melancólico. Los ramos de crisantemos desplegaban un colorido casi irreal. Como si de repente unas manos invisibles pertenecientes a otro mundo hubieran matizado cada uno de los pétalos.
Ella estaba allí, cubierta de pena. Dos lágrimas resbalaban por las pálidas mejillas. En su mente los recuerdos se agolpaban. Los hermosos momentos vividos, risas y lágrimas compartidas. Toda una vida en la cual dos seres llegaron a compenetrarse tanto que casi se habían convertido en uno sólo.
Olía crisantemos, a lirios morados y blanco, a rosas perfumadas de melancolía y regadas con lágrimas. Olía a vidas que ya no estaban.
Al mirar la foto sobre la tumba no pudo reprimir un sollozo y sus rodillas se doblaron sobre la tierra, intentando recordara una plegaria que su aturdida mente no podía encontrar.
El dolor le estaba apuñalando el pecho sin piedad, como si una daga candente se lo atravesara.
Su mirada empañada por las lágrimas de detuvo en una esquina de la lápida fría. Algo había llamado su atención, algo tan sutil que en otro momento ni siquiera habría reparado en su existencia.
Una hermosa mariposa blanca con llamativos ojos azules se había posado en una equina, allí donde había crecido una flor humilde, sin cultivar.
- ¡Que hermosa es!-pensó...
Siguió como hipnotizada mirando las delicadas alas. No podía apartar los ojos, era como un imán.
De repente las alas se movieron aleteando suavemente, hasta posarse encima de la poesía que ella hiciera gravar cuando el partió de su lado. Muy despacio la alas maravillosas iban posándose poco sobre las letras hasta formar una frase.
"Te quiero con el alma, pero ya no pertenezco a este mundo, tu dolor son mis cadenas, ayúdame a partir.
La hermosa mariposa recorrió despacio varias veces el poema hasta formar  la frase y ella comprendió que debía aceptar su partida porque hay leyes sagradas que no se pueden quebrantar.
1/11/2012 (Tintero creativo)

Safe Creative #1303054717016

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