Voy por el sendero
que me guía
hacia la fuente
del rosal,
entre margaritas y malvas,
dejo deslizar mis manos
y mi alma reposar.
La brisa suave me acaricia,
se mece entre los pétalos,
como un suspiro liberado
que se funde en el aire,
al pasar
El cielo es un espejo azul y sereno,
donde reposan mis ojos cansados.
entre aromas y sueños,
que me llegan a embelesar
¡Qué hermosa es la vida!
y como se desliza entre
la punta de los dedos
sin que nos percatemos
de ello.
De niño a adolescente,
es un río que transcurre
sin cesar.
El adolescente,
en adulto se convertirá
y al caer el sol,
el viejo aparecerá,
recordando su infancia
y tantas cosas que pasaron
sin pensar.
Y el camino seguirá
entre margaritas y malvas,
hacia la fuente del rosal,
donde hallara
la más profunda paz
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