En el patio el limonero
extiende las ramas al cielo
y el geranio juguetón
de menta fresca y limón,
luce altivo y orgulloso
en el brocal de piedra
del pozo.
La gitanilla enfadada
con la dama engalanada,
hace capullitos de enfado,
mientras dice con desdén:
-¡"Esa señora tan señoreada
no es una dama ni es nada!,
tan verde y desgarbada,
su perfume me marea
y no me deja dormir".
Para poner orden aquí,
en esta brava tertulia,
interviene Don jazmín,
como siempre mediador,
abre una blanca flor
y susurra despacito:
-"primorosa gitanilla
no se ponga usted así,
que todos tenemos
mucho que callar
y mucho que decir".
Un rosal muy pequeñito
ante tanto griterío,
abre un ojo despacito
y mira con desparpajo
al gentío,
y mira con desparpajo
al gentío,
serio y muy solemne
con la riña del portal,
grita agitando los pétalos:
-"¡No me han dejado descansar
no pienso perfumar
vuestras broncas nunca más!".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.