El muro de la ignorancia no se pude derribar. Cuantos más golpes das sobre él más daño te haces. La ignorancia necesita su tiempo de cocción como una buena comida, es imposible adelantarse para remediar lo irremediable.
La victima pasa a ser responsable del dolor que le han infringido y el verdugo pasa a ser victima.
El reloj sigue marcando las horas. El mundo continua girando. Todos lucen coronas de santos sobre las respectivas cabezas y esperan la canonización. A lo lejos se puede oír el aleluya del perdón. Mientras sucede esta blancas e inmaculada ceremonia otro inocente paga la ignorancia de nuevo. La cadena continua infinitamente.
"A veces no hacen falta muchas palabras para describir la realidad"
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.