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lunes, 15 de agosto de 2016
Crisálidas y mariposas.
Después de todo este tiempo sin escribir tengo muchas cosas en el tintero, que me gustaría compartir. La tinta es buena y fluida pero me atasco a veces en mis propios pensamientos y no se por donde seguir, para transmitir todo los que siento. Espero sean tan amables de poder comprender y disculparme.
Me gustaría poder hablar sin palabras. Dejar fluir mis sentimientos y hacerlos llegar a cada uno de ustedes. Sería maravilloso que algún día el ser humano llegara a comunicarse sólo a través de los sentimientos, puede que algún día logre hacerlo en su propia evolución.
He sido crisálida muchas veces y también mariposa. Tantas como he caído en este mundo y me he vuelto a levantar. He de confesar algo, me produce miedo la gente que sólo aparenta sin ser. No es un miedo corriente, de esos que te hacen salir corriendo. Es un miedo profundo, a esa parte del ser humano que se envuelve en la materia y hace de ello su propio lema. No podemos ser lo que no somos. Afortunadamente y de forma maravillosa, cada uno de nosotros es diferente, único e irrepetible, con sus propios aciertos y errores. No es peor un error que un acierto. Con el acierto se puede ganar mucho, pero con el error se puede aprender y la esencia del aprendizaje tiene un valor infinito. Mucho más que el valor momentáneo que pueda tener un acierto. Con esto no quiero decir que debamos ser aplaudidos por nuestros fallos. Pero si que debemos aceptar nuestros errores y aprender de ellos. Eso enriquece el alma y la vuelve fértil, para que pueda germinar en ella la semilla que la hará llegar hasta su propio lugar.
Aunque pueda resultar extraño, siento que he ido pasando por diferentes fases dentro de este mundo. Con toda seguridad he pasado por más, pero posiblemente estaba dormida y no puedo recordarlas:
La primera crisálida de la que salí estaba muy triste y angustiada. No entendía muchas cosas y eso me hacía sufrir demasiado. No podía volar aunque me había convertido en mariposa. Mis alas no tenían la fuerza ni la experiencia necesaria para hacerlo y me enredaba en mi propio dolor. Un día mis ojos empezaron a ver poquito a poco todo eso que dolía demasiado...
¡ Y es que antes no quería mirar!. Miraba a hurtadillas,
por miedo a que se me rompiera el alma. Así que volví a ser crisálida de nuevo para poder digerir todo eso que devoraba mi vida. Después de ese tiempo en el que andaba a tientas, por miedo a caerme de un momento a otro y no poder volver a levantarme, me enfrenté al miedo. ¡Sí a eso que tanto dolía!. Al monstruo de ojos tenebrosos y dientes enorme, que amenazaba con devorarme si lo miraba. Resulto que los ojos no eran tan terribles y podía mirarlo de frente sin bajar la mirada. Por otra parte los dientes se le habían podrido de tanto esperar a que lo enfrentara para devorarme. Así que poco podía hacer en ese estado. De esta forma la segunda crisálida se volvió de nuevo mariposa y hasta podía volar un poquito. La experiencia me hablaba al oído y me explicaba como debía agitar mis alas nuevas. Fui soltando poco apoco las ataduras del dolor y del miedo. Empecé a sentir el viento de la paz sobre el alma. Una sensación única y maravillosa. Siento no poder describirlo con palabras . No existen palabras mágicas que puedan explicar algunos sentimientos y sensaciones .
Creo que hoy por hoy, he sido tres veces crisálida y estoy en mi tercer fase de mariposa.
También soy consciente de que hasta que llegue el momento de partir de este mundo de aprendizaje, mis fases de crisálida y mariposa se van a repetir una y otra vez, para asimilar el alimento que ha de nutrir mi alma y hacer cada vez más claro el propósito de esta vida y el porque de muchas cosas.
Son fases en las que me repliego sobre mi misma para poder asimilar lo que voy viviendo. Después abro mis alas de nuevo y siempre son diferentes. Como si la evolución de mi aprendizaje me devolvieran alas nuevas para poder volar cada vez un poquito mejor, hacia ese lugar en el que algún día estaré.
Ahora en mi tercera fase empieza una tercer etapa, en la que debo aprender nuevas cosas y aplicar las experiencias de mis anteriores fases en esta vida.
Y así el ciclo se irá repitiendo una y otra vez hasta llegar al maravilloso lugar donde todo es posible, en el que no se necesitan alas para volar porque el alma es totalmente libre.
PD: Después de tres meses ausente, sin escribir, vuelvo a tener problemas con google. Puros errores. Las entradas se publican dos veces, desaparecen las imágenes y tengo que volver a ponerlas y también desaparecen comentarios del blog, así como puntuaciones. Pido disculpas por todos estos inconvenientes.Espero que se acabe solucionando.
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