entre línea y línea.
¡Y un día dejo de doler!.
¡Y sobre la llaga en carne
viva ,apareció un velo,
que cubrió el pasado
que devastaba mi alma!.
¡Dejé de pensar!
¡deje de sentir!.
El ayer se quedó
atrás entre las
huellas de mi camino.
No busques más,
ya no existe,
dejó de existir
la mujer
de aquel ayer.
Ella murió,
Fue sepultada en el
pasado de mi dolor,
junto a su mortaja.
Y tú no conoces,
ni sabes nada,
de la mujer que hoy
escribe estas líneas.
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