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viernes, 2 de agosto de 2013

La rosa de hielo



Hace mucho tiempo en un país muy lejano existió un reino maravilloso donde nadie conocía el dolor. Este maravilloso lugar era conocido como: «El país de la felicidad»
En los árboles crecían caramelos de todos los colores y sabores. Los ríos formaban en sus desembocaduras ricos grumos de nata y chocolate y por si todo esto fuera poco, cuando llovía, dependiendo del color de las nubes, podían ser gotitas de agua de limón, de fresa y hasta de leche merengada. Si algún día granizaba era colosal, los granitos de arroz con leche circulaban por todas partes. En fin, que sólo había que colocar el plato para darse una buena merendona.
En este país no se conocía la enfermedad y las persona en vez de cumpleaños celebraban cumple días, con lo cual siempre era fiesta.
Pero han de saber que todo no es de color de rosa en esta historia. Las historias suelen tener una parte feliz y otra que no lo es tanto. Ahora les cuento el porque.
En estos parajes habitaba un molinero. No era un molinero corriente. No molía trigo. No necesitaba hacerlo porque el pan crecía directamente en las espigas. Este buen hombre todas las noches se dedicaba a moler polvo de estrellas que los astros desprendían en las noches de luna llena.
-¿Por qué molía polvo de estrella este buen señor?
-Para fabricar el vestido de bodas de la princesa «Dulce». La hermosa y única hija del rey que pronto se casaría con su amado príncipe «Alegre». Un apuesto joven que había llegado de lejanas tierras atraído por la belleza y dulzura de la encantadora doncella.
Todo era felicidad y contento en aquel hermoso país de los sueños. Sus habitantes aguardaban con impaciencia la gran celebración.
Pero como siempre suele ocurrir: Entre tanta felicidad había algo oscuro, llamado: «Envidia».
Envidia era una mujer muy hermosa que jamás aprendió a valorarse a sí misma.
Tenía un gran problema. Estaba tan pendiente de lo que tenían los demás que olvidaba todas las cosas maravillosas que ella misma poseía.
Envidia vivía en una rica mansión, rodeadas de miles de cosas únicas y extraordinarias, que poco a poco había ido acumulando: Lágrimas de luna, con ellas se hacia confeccionar las mas bellas joyas, rayos de sol, con los que adornaba sus cabellos, para resaltar aún más su hermosura y así de estas preciosas cosas tenía llena toda una habitación.
Pero ella ansiaba algo que le estaba vedado, el polvo de estrellas que cada noche molía el molinero en su casa, mientras era custodiado por la guardia del rey.
Así que envidia decidió hacer algo tan negro como su corazón.
Aquella mañana se levantó muy temprano y se alejo del país maravilloso donde había nacido, hasta adentrarse en el reino de las sombras, decidida a encontrar lo que le haría lograr su objetivo:
«La flor oscura de la maldad». Un extraño ejemplar que crecía en los pantanos de aquel paraje y que poseía poderes tan oscuros como su alma.
Envidia arrancó la flor y la llevo oculta bajo la capa hasta que estuvo de regreso. La colocó dentro de un jarrón y la envolvió en un hermoso papel de regalo para enviarla a la princesa con una nota que decía:
-Un regalo para la bella princesa y para el que pronto sera su esposo, con mis mejores deseos.
Se encontraba Dulce en el jardín junto a su prometido, paseando en un columpio que el mismo había construido para ella, cuando apareció el criado enviado por envidia con el paquete y tras una reverencia lo deposito en el suelo diciendo:
-Mi señora envidia le envía este obsequio, con sus mejores deseos de una vida feliz y prospera.
Dulce siempre había sido muy curiosa. Al ver el hermoso paquete corrió hacia él y rasgó el papel para ver el contenido.
La flor oscura quedó al descubierto, en un jarrón cincelado en plata.
El príncipe también se había acercado para ver de que se trataba. La fragancia de la maldad se extendió rápidamente por la estancia. Su perfume era negro y empalagoso.
Lo que ocurrió a continuación fue terrible. El apuesto joven cayó al suelo con las pupilas dilatadas por la muerte. La hermosa princesa quedó con los ojos muy abiertos, sin poder articular palabra alguna. De pronto algo empezó a resbalar por sus delicadas y blancas mejillas. Algo que ellas desconocía, «Lágrimas». Al mismo tiempo un dolor insoportable le partía el corazón.
Las gotas saladas caían lentamente al suelo sin contención hasta formar un inmenso lago, donde Dulce se hundía sin remedio y así quedó bajo las aguas de sus propia lágrimas. En ese preciso instante su cuerpo empezó a mutar, transformándose en una bella y delicada rosa blanca. Las aguas del inmenso lago se tornaban cada vez más gélidas, hasta formar cristales de hielo. Bajo ellos la dulce rosa resplandecía en toda su hermosura y plenitud.
Mientras tanto envidia se felicitaba por su fechoría. Ahora podía tener el polvo de estrellas que tanto había ansiado. Pero no contaba con que las lágrimas de Dulce iban a convertir todo el reino en un lago de hielo y a ella junto con los demás habitantes en frías estatuas sin alma ni corazón.
Pasaron siglos y el mundo giro infinitas veces. El lago de hielo sólo era una historia que circulaba de boca en boca entre los más viejos del lugar. Alegando que la envida acaba convirtiéndolo todo en cristales de hielo, hasta los más hermosos sentimientos.
Un día dos niños que habitaban en una aldea, en un claro del bosque, salieron a buscar fresas silvestres y se alejaron un poco más de lo acostumbrado. Sin saber como se encontraron ante un maravilloso lago de hielo. Sin pensarlo dos veces empezaron a jugar, deslizándose por él como si fuera un tobogán, mientras cantaban y reían llenos de felicidad por el extraño y hermoso hallazgo.
Fue entonces cuando surgió la bella rosa. Brotó entre los cristales más gélidos de aquel lugar. Los niños quedaron fascinados sin saber que decir. Ella se elevó entre el hielo, convirtiéndose en una hermosa joven. Un destello de felicidad inundaba sus pupilas, reflejándose en  todo el hielo que los rodeaba . Poco a poco la masa fría se fue derritiendo y bajo ella apareció el hermoso país que siempre había existido.
Con gran ternura la bella dama se dirigió a los sorprendidos niños:
-La felicidad y la transparencia de vuestras almas me han devuelto a la vida y a mi mundo. Junto a ella estaba un hermoso joven que sonreía sosteniendo un precioso vestido tan brillante como la noche más estrellada.
Los dos niños regresaron a casa y contaron lo sucedido, pero nadie creyó la historia que relataban. Sólo el más anciano de la aldea se acercó a ellos mientras les guiñaba un ojo y les dedicaba una sonrisa de complicidad.


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15 comentarios:

  1. Preciosa!!!! que linda historia esta noche para mi pequegrande. besitos.

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  2. Me alegro mucho Maríjose que te haya gustado. Gracias amiga, feliz miércoles. Un abrazo.

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  3. Un hermoso cuento! Gracias por compartir. Un fuerte abrazo y un beso!

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  4. Muchas gracias Frances. Me alegro mucho que te haya gustado. Feliz semana. Un saludo.

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  5. Fascinante cuento..podríamos decir de hadas, porque nos invita a volar con la imaginación a este mundo encantado donde también conviven los sentimientos más excelsos como los más terribles y osados. Una buena lectura para reflexionar y disfrutarla.
    Muchos besitos amiga y buenas noches!!

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  6. Precioso cuento para ser leído a los niños , Lo tienes editado en papel ?Un abrazo

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  7. Que precioso cuento me ha gustado mucho gracias ,,,

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  8. Que bonito cuento ,,me ha encantado gracias por publicarlo ,,

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  9. Qué cuento tan bonito.
    Si no es molestia, quisiera saber qué fue de la historia de los vampiros, que me parece quedó inconclusa... o me perdí del final por alguna razón. Muchas gracias.
    Un gran abrazo.

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  10. Estimada Consciencia muchas gracias por pasar y por tu comentario. El ser humano es complicado amiga."Envidia", el personaje del cuento, lo tenía todo para ser feliz, pero no supo verlo ni apreciarlo, por eso hizo tanto daño. Un abrazo amiga.

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  11. ¡Hola Maria del Carmen!. Sí lo tengo en papel, pero no he llegado a editarlo, como a mucho de mis escritos le falta algunos retoques y correcciones, quizás algún día si llegue a plantearme hacerlo. Si llega ese día, tendré que poner a repasarlos todos y son bastantes. Un abrazo amiga y muchas gracias por pasar y tu comentario.

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  12. Gracias Mari Carmen, eres muy amable por pasar y por tus palabras. Muchas gracias amiga, me alegra que te haya gustado.

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  13. Estimada Lú antes de nada gracias por tu visita y por tu comentario. No amiga, no te perdiste el final. Lo que ocurre es que con tantas fiestas se quedó sin acabar. Te pido disculpas, creo que ha llegado el momento de continuarla. Ahora apenas pueda me pondré a ello. Un abrazo enorme amiga.

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  14. Gracias por tu respuesta, me alegra saber que no me había perdido nada, estaré a la espera del siguiente capítulo, en el momento que te sea adecuado, sin ninguna presión por supuesto, en el tiempo que decidas, era solo una duda, así que no hay por qué disculparse, por el contrario. Un fuerte abrazo, que tengas un día feliz.

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  15. Muchas gracias Lú, pronto empezaré a escribirlo, primero lo escribo y luego creo la imagen apropiada al texto, en este caso, casi siempre suele ser una imagen gótica. Un abrazo amiga y gracias por seguir mis creaciones.

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