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lunes, 2 de abril de 2018

El gatito Minu y los huevos de Pascua

Un cuento de Pascua para los más pequeños de la casa.
El gatito Minu vivía en la calle. Saltaba por los tejados y comía todo aquello que iba encontrando en su camino. A veces algunas buenas personas le echaban comida y le dejaban un recipiente con agua en las puertas de sus casas.


 
 Pero Minu nunca se acercaba a nadie había tenido muy malas experiencias con los humanos. Todavía recordaba aquel pequeño humano que lo había perseguido para arrojarle globos de aguas y piedras del campo cercano. El había crecido en la calle y la experiencia le había enseñado a no fiarse de nadie.
Pero un día en que Minu caminaba por un monte cercano algo llamó su atención de forma poderosa. Un resplandor maravilloso que no podía pasar desapercibido para sus ojos gatunos. Lo curioso del caso es que Minu en vez de asustarse sintió un tremendo deseo de correr hacia aquella maravillosa luz y así lo hizo. Cuando llegó a lo alto de aquel escarpado monte pudo comprobar con sorpresa que tres cruces se alzaban bajo el cielo.
-Los humanos cada día están más locos- Pensó. Iba a proseguir su camino cuando sitió una voz dulce y maravillosa que lo llamó. Al mirar hacia la dirección de donde procedía pudo ver a un humano vestido de blanco que caminaba levitando hacia él. Pero no sitió miedo. Su corazón sólo sintió paz. Una paz inmensa. Aquel humano era diferente a todos los humanos que había visto a lo largo de su vida. Irradiaba una luz maravillosa desde el centro de su corazón.
Se acercó a el y tiernamente lo tomo en sus brazos y le hablo así:
Hermoso gatito Minu hoy como todos los años por esta fecha se ha producido el milagro de mi resurrección. Te pido que para celebrar esta gran día, lleves estos huevos de pascua a todos los niños del vecindario. Después de estas palabras le entregó una cestita que contenía en su interior, huevos de delicioso chocolate, pintados de colores. Minu tomó la cestita entre sus dientes y fue casa por casa dejando en la puerta los exquisitos huevos de pascua. Los niños estaban felices y abrían los huevo de chocolate que estaban huecos por dentro. Las sorpresa estaba en su interior: Un delicioso gatito de chocolate blanco. Desde aquel día Minu fue respetado en todo el vecindario por su labor, así como sus compañeros gatunos. Todos ellos fueron considerados los gatitos portadores de la buena nueva,
 del día de pascua.


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