Prosa:Esbozo de pensamientos (1)

 ¡Que hermoso era caminar por el camino de tierra arcillosa y húmeda!. El color rojizo pintaba mis pequeños pies de mil formas diferentes. En esos momentos me convertía en el hada de mis sueños. De aquellos sueños azules que vivían en mi alma. Podía ser  la reina de nieves paseando en carroza por el Polo Norte o la bella durmiente, dormida entre los pétalos de una adelfas del camino. Mis ojos se quedaban fijos y mis pupilas se llenaban de las gotas de lluvia que el cielo derramaba sobre los campos. De aquellas perlas cristalinas y perfumadas de primavera que engalanaban  las hojas de los árboles y la hierba verde y fresca. Las nubes tenían mil formas diferentes: Dragones, princesas, castillos y un sin fin de seres mágicos que habitaban  entre las algodonosas formas y que me contemplaban desde las alturas. Mi pequeña perrita me seguía a todas partes. A veces corría como loca cuando divisaba a lo lejos una mata con algún fruto silvestre comestible.

Después desde la altura del cerro donde había subido se volvía y me miraba orgullosa y desafiante, mientras masticaba entre los dientes su recompensa.

Cuanta calma había en aquel lugar y cuanto miedo desprendían los árboles, con los troncos descarnados y las hojas cayendo sobre las ramas como afilados cuchillos. A unos metros estaba la casa vieja y ruinosa  con el viejo pozo de piedra: "El pozo de los muertos". Decían que en las noches de luna llena se convertían en un túnel que conectaba con el infierno. Algunos campesinos habían visto al pasar por el lugar a una mujer paseando bajo la luna llena: La señora sin rostro. Aquella a la que llamaban la reina de los infiernos. Decían que cada noche robaba el rostro de una bella mujer para disfrazarse y salir a cazar humanos. Pero essa es otra historia que forma parte de otro tiempo y de otro momento.

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