Nuestra madre tierra
alimenta nuestras vidas.
Ella es generosa,
ella nos da la vida.
Una cadena humana
de manos trabajan
sin cesar,
para a todos los pueblos
del mundo alimentar.
Naciones del mundo entero,
pueblos y aldeas, todos
unidos debemos cooperar
para que no falte alimento
a las personas olvidadas
y puedan llevarse a la boca
un trozo de pan.
África llora lágrimas de
de hambre y necesidad,
mientras los pueblos más ricos
comen y tiran los alimentos
a la basura,
cada día sin cesar.
Injusticias y desequilibrios
se convierten en parte
de nuestra sociedad.
Mendigos con la mirada
baja y el cuerpo desnutrido
caminan por las calles
de nuestra ciudad.
Tienen alma, son personas,
merecen comida, techo, abrigo
y dignidad.
Avaricia en los corazones,
chabolas y grades mansiones
ignorancia y guerras
en los corazones.
Desequilibrios
que todo lo ocupan
y que llenan todos
los rincones.
La vida es una balanza
que juntos debemos todos nivelar,
si lloran y sufren en África
el resto del mundo también
llorará.
Aunque no lloré de hambre
ni llore de necesidad,
otras lágrimas de dolor llorarán,
hasta la balanza compensar.
Porque todos somos unos,
todos somos unidad,
lo que ocurre en una parte
de nuestro mundo,
a todos y en todas partes
repercutirá

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