"Poema basado en un relato que estoy escribiendo"
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Entre el sueño y la vida,
entre la vida y a muerte
¿Quizás lo soñé?
Tal vez un sueño
no fue.
Un pasillo largo y recto
con puertas blancas en silencio.
Una habitación aséptica
tan llena de camas
donde tú estabas
y donde me llamabas.
Con el alma
me llamabas
y yo acudí a tu llamada.
Acudí sin miedo,
para abrazar y consolar
a tu desconsolada
alma.
Y tú hablabas,
hablabas sin palabras:
¡Quiero ayudarte!
Repetías y casi
gritabas.
Y yo te dije:
No me debes nada,
nada me debes,
te quiero mucho,
duerme en paz,
descansa,
estás muy cansada.
La forma grotesca
de la muerte fría
nos miraba y esperaba.
Te abrace con el alma,
te di mi corazón y mi cariño
en aquella noche amarga.
Y tú partiste tranquila,
con el alma sosegada.
Y de nuevo regresé
al pasillo largo,
como la noche que no acaba.
Al pasillo que con la luz
de la muerte se iluminaba.
Me había perdido
y sólo quería volver a casa
y la salida no encontraba.
A lo lejos una puerta de piedra vieja
y una calle extraña me esperaban.
No era mi calle.
No era mi mundo,
era oscura y fría
y poco frecuentada.
Desde la acera un hombre pobre
con profunda ternura y pena,
me observaba.
Seguí adelante,
sin detenerme,
quería salir de allí,
quería regresar a casa,
pero me había perdido
y el camino
no encontraba.
Sentí el terror,
sentí que se helaba mi alma,
al tropezar con aquellos ojos
de maldad inusitada
y con las palabras entre dientes
murmuradas.
Y preferí volver al pasillo
interminable
donde la muerte se reflejaba.
Sabia que aquella calle
no era una calle cualquiera,
que del infierno era la antesala.
De de repente abrí los ojos
Y...
¡Bendito Dios!
¡Bendito milagro!
¡Había vuelto a casa!
¡De nuevo en casa estaba!

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