A una rosa de enero

En la tarde gris del gélido
invierno una bella rosa
abre a la vida sus pétalos.
Una rosa primorosa,
alabastrina
bajo el triste y frío
mes de enero.
Bebe de las aguas 
cristalinas de un arroyo
en la escarpada 
montaña,
donde canta el ruiseñor
y planea el águila
Bajo el espejo del cielo
de porcelana gris
se levanta
para gritar a la libertad
y cantar a la esperanza.
 Bella rosa inmaculada
de nieve y oro bordada
cubierta de rocío
y de escarcha.
Perla de enero
pura y alabastrina
que el viento 
perfuma,
corazón de nácar,
cincelado
 por el jardinero
del cielo.
Ave fénix que resurge
entre espinas de vida 
en explosión hermosa
engalanada.
Nada puede detener
mi bella rosa de nácar 
tu renacer a la vida
y a la esperanza. 

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