Escribir es desnudar el alma. Es desprendernos de esa capa exterior que nos envuelve y dejar al descubierto todo nuestros ser, tal y como es, sin tapujos ni mentiras. Quizás por eso a lo largo de la Historia de este mundo muchos escritores han sufrido persecuciones y han sido tratados con gran injusticia, por parte de la sociedad las altas esferas.
No es fácil desnudar el alma. No lo es. No es nada sencillo dejar al descubierto nuestros sentimientos y nuestro corazón delante de los demás. Hay almas muy vergonzosas a las que les cuesta quitarse esa capa que las envuelve y que han de hacerlo poquito a poco con clama y serenidad, para no volver a cubrirse de nuevo y ocultarse a la vista de los demás. Cuando al fin consiguen quitarse esa capa y dejarse ver tal y como son, es entonces cuando surgen las verdaderas letras, las letra vivas que traspasan los sentimientos y llegan a todos los corazones.
No es fácil desnudar el alma. No lo es. No es nada sencillo dejar al descubierto nuestros sentimientos y nuestro corazón delante de los demás. Hay almas muy vergonzosas a las que les cuesta quitarse esa capa que las envuelve y que han de hacerlo poquito a poco con clama y serenidad, para no volver a cubrirse de nuevo y ocultarse a la vista de los demás. Cuando al fin consiguen quitarse esa capa y dejarse ver tal y como son, es entonces cuando surgen las verdaderas letras, las letra vivas que traspasan los sentimientos y llegan a todos los corazones.
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