Diálogo con la pared

  ¿Par qué te vas a implicar en algo que no te corresponde?
¿Qué más da si se muere o se vive, si llora o si grita o simplemente calla?
¿Qué más da si eso no es asunto tuyo?
Ponerte al lado del verdugo, del fuerte, es lo mejor, así no tendrás
problemas. Porque la víctima al ser una víctima no te los va a dar. El gallit@ es el otr@, que cacarea y esgrime su fuerza y poderío.
Venga usted señor@, siga con su vida.
¿A usted porque le va a interesar una injusticia cometida con alguien
que no es nada suyo?
Además usted tiene sus propios problemas para implicarse con más.
¿Qué se habrá creído esa víctima que usted iba a darle la mano 
o prestarle su hombro y exponerse a la tempestad del que cometió 
la fechoría?
No por Dios usted es demasiado inteligente para hacer algo así. Usted siempre al lado del más fuerte y el más fuerte sabe muy bien
quien es y si su conciencia se revela alguna vez, con apartarse y mirar para otro lado lo tiene todo solucionado.
¿Pero que más da quien sea la victima y quien sea el verdugo? Como dice el refrán quien a buen árbol se arrima, buena sombra le
cobija. Pobre víctima ilusa que pensó que iban a darse cuenta de la terrible injusticia cometida y se encontró con que todos se pusieron
una bunas gafas para ver lo que querían ver y unos buenos tapones en los oídos para  evitar escuchar demasiado ruido.
¿Y ahora qué?
Unas tapitas, unas cevecitas  frescas y a vivir
que la vida son dos días y a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga

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