Existe una leyenda muy antigua sobre el árbol de la Navidad que hoy comparto con todos ustedes. Recuerden que la esencia de la Navidad es el amor y fraternidad entre todos los seres humanos de este mundo
Cuenta esta leyenda que una noche de invierno en que nevaba copiosamente y el frío calaba los huesos, un niño muy pequeño con los pies descalzos caminaba por el bosque tiritando de frío. José un humilde leñador que estaba a punto de regresar a su vieja cabaña tras terminar su trabajo vio al pequeño que casi se caía al suelo de lo cansado que estaba de caminar entre la fría nieve.
El hombre se emocionó mucho al ver al pequeñito en ese estado y dejando todo lo que estaba haciendo corrió hacia él.
-Pobrecito- pensó, seguro que se ha perdido y está buscando a sus padres:
¿Pequeño que haces en este bosque con tanto frio y nieve?
El niño lo miro con una dulzura que todo lo llenaba de luz y bajando la cabeza continuó en silencio.
José se quito su vieja chaqueta y con ella abrigo al pequeño. Después lo tomó entre sus brazos y lo llevo a su vieja cabaña.
Al llegar sus esposa lo estaba esperando. Había preparado una sopa caliente con lo poco que tenían para comer. Cuando vio al pequeñito su corazón se enterneció por la compasión.
José tráelo aquí al lado del fuego. Pobrecito esta helado- Le dijo a su esposo
Poco poco consiguieron que el niño entrara en calor y que su piecesitos amoratados por el frío se calentaran.
La mujer de leñador le dio de la sopa caliente que había cocinada y el único trozo de pan que tenían
Después le preguntaron al niño que donde estaban sus papas. Pero el niño continuaba en silencio sin decir nada.
Es posible que no sepa o no pueda hablar, quizás el frio le ha afectado y por eso no habla, pobrecito- dijo la mujer del leñador, acariciando con dulzura los cabellos del hermoso niño.
Siempre habían deseado un hijo. Pero desgraciadamente ese deseo nunca se hizo realidad
Cuando el niño terminó la sopa y el pan lo acostaron y lo abrigaron bien para que no pasara frio.
Al día siguiente cuando despertaron el niño no estaba en la casa. Lo buscaron por todas partes, pero no pudieron dar con él
Fue entonces cuando al mirar por la ventana de la cabaña pudieron ver con asombro al pequeño todo vestido de banco y rodeado de ángeles. En la mano llevaba la ramita de abeto.
Jose y su esposa no salían de su asombro contemplando a aquel hermoso niño rodeado de ángeles. el pequeño se acercó a ambos y con gran dulzura les dijo:
Me habéis abrigado, me habéis dado de comer y habéis compartiendo conmigo vuestro humilde hogar. Quiero agradecer agradecer vuestra caridad y hospitalidad con este regalo y extendido la manita le entregó la rama verde y hermosa de abeto
Después el niño se perdió a lo lejos entre a blancura de la nieve rodeado por el coro de ángeles.
José planto frete a la humilde vivienda la pequeña rama. La ramita se convirtió en un fuerte y hermoso abeto. Fue al año siguiente en la noche de Navidad cuando ocurrió el bello milagro. Todas las ramas se llenaron de hermosas bolas de oro y plata y una estrella luminosa se posó sobre él. La estrella de la Navidad. A este bello milagro se añadió el deseo de la pareja, hecho realidad que nunca había sido posible antes. Jose y su esposa estaba esperando el nacimiento. Recuerda que el milagro de la Navidad lo llevamos todos en el corazón solo tenemos que cerrar los ojos y pedir nuestros deseo más soñado
Cuenta esta leyenda que una noche de invierno en que nevaba copiosamente y el frío calaba los huesos, un niño muy pequeño con los pies descalzos caminaba por el bosque tiritando de frío. José un humilde leñador que estaba a punto de regresar a su vieja cabaña tras terminar su trabajo vio al pequeño que casi se caía al suelo de lo cansado que estaba de caminar entre la fría nieve.
El hombre se emocionó mucho al ver al pequeñito en ese estado y dejando todo lo que estaba haciendo corrió hacia él.
-Pobrecito- pensó, seguro que se ha perdido y está buscando a sus padres:
¿Pequeño que haces en este bosque con tanto frio y nieve?
El niño lo miro con una dulzura que todo lo llenaba de luz y bajando la cabeza continuó en silencio.
José se quito su vieja chaqueta y con ella abrigo al pequeño. Después lo tomó entre sus brazos y lo llevo a su vieja cabaña.
Al llegar sus esposa lo estaba esperando. Había preparado una sopa caliente con lo poco que tenían para comer. Cuando vio al pequeñito su corazón se enterneció por la compasión.
José tráelo aquí al lado del fuego. Pobrecito esta helado- Le dijo a su esposo
Poco poco consiguieron que el niño entrara en calor y que su piecesitos amoratados por el frío se calentaran.
La mujer de leñador le dio de la sopa caliente que había cocinada y el único trozo de pan que tenían
Después le preguntaron al niño que donde estaban sus papas. Pero el niño continuaba en silencio sin decir nada.
Es posible que no sepa o no pueda hablar, quizás el frio le ha afectado y por eso no habla, pobrecito- dijo la mujer del leñador, acariciando con dulzura los cabellos del hermoso niño.
Siempre habían deseado un hijo. Pero desgraciadamente ese deseo nunca se hizo realidad
Cuando el niño terminó la sopa y el pan lo acostaron y lo abrigaron bien para que no pasara frio.
Al día siguiente cuando despertaron el niño no estaba en la casa. Lo buscaron por todas partes, pero no pudieron dar con él
Fue entonces cuando al mirar por la ventana de la cabaña pudieron ver con asombro al pequeño todo vestido de banco y rodeado de ángeles. En la mano llevaba la ramita de abeto.
Jose y su esposa no salían de su asombro contemplando a aquel hermoso niño rodeado de ángeles. el pequeño se acercó a ambos y con gran dulzura les dijo:
Me habéis abrigado, me habéis dado de comer y habéis compartiendo conmigo vuestro humilde hogar. Quiero agradecer agradecer vuestra caridad y hospitalidad con este regalo y extendido la manita le entregó la rama verde y hermosa de abeto
Después el niño se perdió a lo lejos entre a blancura de la nieve rodeado por el coro de ángeles.
José planto frete a la humilde vivienda la pequeña rama. La ramita se convirtió en un fuerte y hermoso abeto. Fue al año siguiente en la noche de Navidad cuando ocurrió el bello milagro. Todas las ramas se llenaron de hermosas bolas de oro y plata y una estrella luminosa se posó sobre él. La estrella de la Navidad. A este bello milagro se añadió el deseo de la pareja, hecho realidad que nunca había sido posible antes. Jose y su esposa estaba esperando el nacimiento. Recuerda que el milagro de la Navidad lo llevamos todos en el corazón solo tenemos que cerrar los ojos y pedir nuestros deseo más soñado
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