Ella no está,
ella se fue de casa.
Parecía algo extraña.
Extraña, muda, callada.
No comía, no bebía,
tenía la piel fría,
fría y pálida.
Ocultaba su níveo cuello,
con una gargantilla de plata.
Ella no está,
ella se fue,
despareció una mañana
antes de que la luna
se ocultara.
Ella es la novia de este cuento.
La novia inmaculada,
la novia blanca.
Novia de la noche.
Novia de los lobos,
de las almas negras,
de las alimañas.
Dicen que vive en un castillo,
muy antiguo y lejano,
recortado sobre el horizonte,
en las escarpadas montañas.
Dicen que sale de noche,
a cazar humanos,
a beber su sangre,
hasta que se sacia.
¡Cuidado si la ves,
no caigas en sus garras!.
Tiene colmillos afilados
y dulce voz en la garganta.
Ella es la novia de la noche,
la novia inmaculada,
la novia blanca.
La novia de los lobos,
de las almas negras,
de las alimañas.
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