sin ni siquiera saberlo?
¿Qué culpa tienen ellos de las disputas y contiendas
de aquellos que deberían cuidarlos y protegerlos?
Ha nacido un niño en un mundo pobre, África,
Ha nacido un niño en otro mundo de abundancia.
No tienen el mismo color de piel, pero dime tú,
¿Es igual el color de su corazón?
Hay niños en este mundo que se agarran a la vida
como pequeñas flores que en la roca enraizan.
El hambre roe sus entrañas cuando llegan a a la vida,
como la rata hambrienta de inocencia y vulnerabilidad.
Se comerán los puños y las enfermedades los zarandearán.
Se necesita responsabilidad y mucha humanidad,
para acabar con esta situación de dolor y de egoísmo
para que todos seamos conscientes y comprendamos
que formamos parte de los mismo,
de una cadena que siempre llega al final ,
que los eslabones de abundancia o de miseria
sujetos al anterior están.
Que la luz del sol brilla para todos
sin importar lugar ni el color,
que cuando se rompe la cadena
porque falla un eslabón,
y se apaga la luz del sol.
El dolor de los más vulnerables
de los más inocentes,
en este mundo repercutirá,
de mil formas diferentes.
Sobre la conciencia
de este mundo quedará,
porque en la cadena infinita,
de la que todos formamos parte,
ellos también están.
No importa países pobres,
no importa países ricos, todos
formamos parte de los mismo
Nada saben y sin embargo vienen con el conocimiento de su Ser, a todos nos repercute lo de todos en esa cadena de la que hablas y con buen conocimento. Estamos todos unidos.
ResponderEliminarGracias por esas bonitas palabras, narradas y dichas.
¡Un fuerte abrazo, amiga!
Muchas gracias Mila por tus palabras. Así es amiga todos estamos unidos en esa cadena y todo lo que ocurre en un lugar por lejano que esté acaba repercutiendo en todos nosotros, aunque venga de otra forma. Un abrazo. Feliz domingo.
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