Nuestro amor fue un niño
recién nacido,
inocente y tierno,
dando pequeños y tímidos
pasito.
...Y día a día fue creciendo
con los pequeños detalles
que llenan el alma
y el corazón.
Nuestro amor
paso la adolescencia
llena de locuras
y descubrimientos
y llegó a la cúspide
del corazón,
coronado de los más
bellos y profundos sentimientos.
Somos como la arena y el mar
como el río y la ribera.
Unidos con el mismo latido
y la misma sincronización.
Nuestras miradas
no necesitan palabras
para entender el el idioma
de nuestros corazones.
Amor sincero,
Amor sin egoísmos,
Amor del bueno.
Así es nuestro niño amor,
convertido en un gigante
capaz de superar las
más terribles mareas
de la vida...
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