Mis ojos se llenan de lágrima
y mi corazón de dolor
Y siempre mirando al cielo
Y las mismas preguntas
sin contestación:
¿Siempre ganan los malos mi Dios?
Dejé de ser la niña de trenzas largas
y ojos de terciopelo...
Y a pesar de ello sigo mirando al cielo
y sigo preguntando:
¿Por qué siempre vencen los malos mi Dios?
¿Por qué la hipocresía se cubre la cara
con la mejor sonrisa a pesar
de no tener corazón?
¿Por qué existe la maldad?
¿Por qué el humano se convierte
en un depredador?
Mis zapatitos no están en la ventana
esperando los Reyes Magos
esperando caramelos y turrón
Ahora es mi corazón roto por la vida
y remendado de sentimientos
lo que coloco en mi balcón
Y sigo mirando al cielo
Y sigo preguntando:
¿Siempre ganan los malos mi Dios?
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