Somos pasajeros en este mundo que da vueltas en el espacio infinito.
Pasajeros con una vida y una fecha de caducidad.
Todos tenemos nuestra propia fecha y nuestro propio día.
No te afanes por sufrir. Nadie te dará una copa
al sufrimientos ni una medalla honorífica reconociéndote
tu rol de sufrid@r.
Afánate por ser feliz por vivir cada instante en paz contigo
mismo y con los demás y por no volcar sobre nadie tus propias
carencias. Todo tenemos carencias y nuestros propios demonios interiores.
Muchos de esos demonios y carencias proceden de nuestra infancia
El niñ@ que no fue querido verá en cada rincón de su mundo de adulto que no lo quieren, aunque esa no sea la realidad. Pero sus ojos la verán así porque proyectará sobre los demás sus propias carencias.
El niñ@ que fue abandonado de alguna forma llorará como
adulto ese abandono y buscará la forma de no volver a pasar por
ese miedo que le estruja el corazón como una tenaza y proyectará una y otra vez su miedo sobre los demás. Esas personas sufrirán la proyección de esos sentimientos. Eso no será justo ni para quien los sufre ni para las personas sobre quienes lo proyecta.
Mírate a ti mism@. Cuando lo hagas, no te mires con los ojos del aquí y el ahora, mírate con los ojos que se quedaron en el pasado y preguntante que estás arrastrando de aquellos días que tanto daño te está haciendo en tu vida actual.
Analízate a ti mism@ como si fueras una tercera persona y de la forma más neutral en que puedas hacerlo.
Tú quizás lo ignoras, pero llevas una venda sobre los ojos que no te deja ver la realidad porque está cubierta con las carencias que sufriste hace tanto tiempo. Cuando esa venda caiga de tus ojos y empieces a ver la realidad del aquí y el ahora de tu vida, empezarás a entender muchas cosas y comenzaras a vivir una vida de paz, tranquilidad, sosiego y amor hacia ti mism@
No busque los sinsabores amargos de la vida. Procura ser feliz y hacer aquello que te llena el corazón de amor y belleza.
No te afanes por sufrir. Nadie te dará una copa
al sufrimientos ni una medalla honorífica reconociéndote
tu rol de sufrid@r.
Afánate por ser feliz por vivir cada instante en paz contigo
mismo y con los demás y por no volcar sobre nadie tus propias
carencias. Todo tenemos carencias y nuestros propios demonios interiores.
Muchos de esos demonios y carencias proceden de nuestra infancia
El niñ@ que no fue querido verá en cada rincón de su mundo de adulto que no lo quieren, aunque esa no sea la realidad. Pero sus ojos la verán así porque proyectará sobre los demás sus propias carencias.
El niñ@ que fue abandonado de alguna forma llorará como
adulto ese abandono y buscará la forma de no volver a pasar por
ese miedo que le estruja el corazón como una tenaza y proyectará una y otra vez su miedo sobre los demás. Esas personas sufrirán la proyección de esos sentimientos. Eso no será justo ni para quien los sufre ni para las personas sobre quienes lo proyecta.
Mírate a ti mism@. Cuando lo hagas, no te mires con los ojos del aquí y el ahora, mírate con los ojos que se quedaron en el pasado y preguntante que estás arrastrando de aquellos días que tanto daño te está haciendo en tu vida actual.
Analízate a ti mism@ como si fueras una tercera persona y de la forma más neutral en que puedas hacerlo.
Tú quizás lo ignoras, pero llevas una venda sobre los ojos que no te deja ver la realidad porque está cubierta con las carencias que sufriste hace tanto tiempo. Cuando esa venda caiga de tus ojos y empieces a ver la realidad del aquí y el ahora de tu vida, empezarás a entender muchas cosas y comenzaras a vivir una vida de paz, tranquilidad, sosiego y amor hacia ti mism@
No busque los sinsabores amargos de la vida. Procura ser feliz y hacer aquello que te llena el corazón de amor y belleza.
La vida en su corriente trae muchas cosas que no queremos y que nos deja esos sinsabores, sin buscarlos.
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