-Cuidado con los Judas-.
-Cuidado con Pilatos-.
-Cuidado con Lucifer-.
Siempre a través de los siglos, desde que el mundo es mundo, cada cierto tiempo nacen los Judas, los Pilatos y los demonios.
No te quepa la menor duda de que el rol se repite y se repetirá una y otra vez a los largo de toda la vida de la humanidad.
No será el mismos Judas que vendió a Jesucristo por treinta monedas de plata. No tendrá el mismo rostros, ni las mismas facciones. Ni siquiera tendrá la misma voz. Pero de nuevo será Judas Iscariote, capaz de vender lo más sagrado y hasta su propia alma.
No será el Pilatos que se lavó las manos y entregó a Jesucristo, para que lo crucificaran. Tendrá otra cara. Tendrá otra voz. Pero no te quepa la menor duda de que será el mismo Pilatos que acabará entregando lo más sagrado de este mundo y volverá a lavarse las manos y la conciencia con el agua de la inconsciencia.
Tampoco será el Lucifer que nos pinta en los libros y cuadros de reconocido renombre. Su apariencia será como la de cualquier humano y sus ojos no serán de fuego ni podrás ver la maldad de su corazón. Pero será el Lucifer que masacrará a los más inocentes y los intentará hundir en la miseria y desesperación más absoluta.
No olvides nunca que no los reconoceremos por sus palabras. Los reconoceremos por sus acciones.
Y recuerda y no olvides jamás que a este mundo también vienen ángeles disfrazados de humanos.
No los reconoceremos por sus palabras. Los reconoceremos por sus acciones.
Todos vienen a cumplir su propio rol. Uno a traer amor y paz. Los otros a llenar el mundo de dolor.
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