Tenía tanto miedo de la realidad
que tomo una venda muy tupida
y cubrió con ella sus ojos.
Dibujó en la parte interior
florecitas de colores, rayos de sol
deliciosas gominolas de fresa,
y frambuesas muy azucaradas
Lamentablemente con el tiempo
la venda se fue deteriorando.
Cuando cayo al suelo
deshilachada y rota,
junto con ella, fue recogiendo
los pedacitos en en los que
su corazón se había roto

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