El hedor de la maldad

 Se que anda por este mundo de Dios, arrastrando tus miserias. Sin pararte a pensar en todo el daño que has hecho. Quizás en tu interior y a tu manera has encontrado la excusa perfecta. De otra forma no se como puedes seguir viviendo sin sentir remordimientos. A no se que carezcas de conciencia. 

Te conozco desde siempre. Desde que el mundo es mundo hemos estado viviendo el mismo rol. No importa en que forma y con que aspecto. Pero siempre de una u otra forma, hemos estado cerca. Ahora tienes la oportunidad de llamarme loca. Aprovecha para introducir un nuevo apelativo más en mi vida, la locura. De esa forma podrás desacreditarme aún más y poder seguir con tu perfecto y falso teatro de manipulación. No es normal decir que te conozco desde que el mundo es mundo. No es racional. 

¿Por qué alguien diría algo así?. 

La maldad siempre ha existido. Es tan vieja que no se tienen recuerdos de cuando nació. Es posible que naciera con la propia vida y tú formas parte de ella.

Esta señora oscura no solo se puede ver. También se puede sentir su hedor en lo más profundo del alma. La maldad es como un cuchillo muy afilado, que  si no te aparta a tiempo, termina cortándote el alma en pedacitos y dejándola expuesta a las salpicaduras de la corrosión. No se que cara llevaras puesta en estos momentos. Supongo que será la de la decencia. Esa es la que peor te sienta de todas. Porque aunque te auto engañes, en tu interior sabes muy bien lo que eres. 

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