Excusas, justificaciones y mentiras

 No soy una luciérnaga, ni brillo en la oscuridad. Tampoco soy una iluminada ni poseo una varita mágica. La única luz que hay en mi vida es la de haber actuado de la mejor forma que he sabido y he podido hacerlo y tener la conciencia tranquila. Esa es la única luz que hay en mi camino y que lo alumbra y por supuesto Dios al que nunca me hizo falta ver para creer en él. Me salvó en demasiadas ocasiones y eso es suficiente para mi y para mi fe. Todos tenemos el monopolio de hacer daño y en nosotros mismos está nuestra propia elección. Nada justifica el que se haga daño a otro ser humano. No existen justificaciones, pero si existen excusas a miles y de mil colores y formas.
¿Qué derecho crees tener para hacer daño y destrozar la vida de otra persona?
No tienes ningún derecho ni justificación para hacer algo así. Al final vas a acabar recibiendo a la señora negro y tomando café instantáneo con ella en una taza más negra que la pez.
Ahora que tus cabellos se cubrieron de blanco y las surcos de la vida cruzan tu piel. Ahora que caminas tambaleante ¿Ahora que vas a hacer?
Supongo que seguirás como si nada. Que te irás de esta vida como la piedra que no siente ni consiente. Que mantendrás la apariencia, la buena imagen y la buena cara hasta el final.
¿Y esos de que te servirá? 
¿Para mantener la fachada falsa, de cara a la sociedad?.
 Algún día alguien llevará flores a una tumba sola y fría y dirá: 
Mira aquí yace la personas que tomó café con la muerte y  que conversó con ella, sin poderla convencer de la mentira. Aquí yace en esta tumba solitaria. Solo los huesos quedan de aquella vida que un día fue.
¿Será verdad o será mentira? 
Tenía buena cara. Tenía buena presencia  y también tenía  buenas palabras...Pero era todo hipocresía...
¿Y para qué le sirvió todo eso? 
¿Para qué?

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