Pollito era tan dulce
tan tierno, tan inocente,
que sus plumones recién
estrenados formaban
un pedacito de cielo azul.
Pollito piaba,
piaba reclamando alimento.
Y pollito no sabia de horas,
ni de días, ni de noches,
ni de maldades, ni de bondades.
Pollito sólo sabia que estaba vivo,
nada más,
que su corazón dulce y tierno
latía entre sus plumas.
Y así pollito encontró un día
a una humana,
la encontró sin buscarla.
Él no sabia de su existencia.
Pero cuando sintió sus manos
supo que era ella
y que eran sus manos
y su alma azul salto de alegría
en su pequeño cuerpecito
de plumas.
Picoteó sus dedos despacito,
tiernamente,
con su pequeño pico
recién estrenado.
Y pollito pasó a formar
parte de aquella vida humana.
Y su pequeño y tierno corazón
de plumas se desbordó de alegría
al sentir el calor del alma humana
arropando su vida recién estrenada

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.