No querida amiga mía,
yo no te impongo yugos
ni cárceles de amistad.
Yo no robo tus vuelos,
ni tu libertad.
Tú eres libre como el aire,
libre como la lluvia
que golpea
sobre los tejados,
que golpea sobe el cristal.
Querida amiga mía,
conmigo no hay obligaciones,
ni trueques, ni imposiciones.
el cariño que sale del alma
no se impone, se da porque si,
porque si, no más.
Querida amiga mía,
sin cumplimientos
sin caras bonitas,
sin sonrisas fingidas
sin necesidad de un ramo de flores
en mi día, sólo esa mano tendida
cuando más se necesita,
conmigo no necesitas
nada más.
No son necesarios
grandes protocolos
para nuestra amistad.
Sólo que sientas en tu corazón
muy adentro de tu corazón,
cariño de verdad.
Ni te impongo,
ni te exijo,
ni te pido,
para mi
siempre has cumplido
y siempre estás
en libertad.
Libre como
el viento sobre el mar,
para ir y venir a tu voluntad.
Y si alguna vez regresas
y no me encuentras,
quizás mi alma cansada
voló hacia la eternidad
Si tu corazón no puede entender
esta extraña amistad,
entonces amiga mía
quizás sea porque necesitas
otra compañía que te llene
y te ofrezca más.
Aquí sólo hay lo que ves,
un ser humano
cansado, muy cansado,
cansado de tanto
caminar,
cansado de tanto vagar...
Si algún día no me encuentras
amiga mía, sigue tu camino
y no me busque más,
mi alma peregrina y cansada
habrá volado
hacia la eternidad

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.