La vida te enseña a valorarte y a quererte. A fuerza de golpes, tropezones y caídas, empiezas a respetarte, a cuidarte, a quererte y a valorarte y también aprendes que si en un lugar no te valoran ni te quieren estás de más y ese sitio no es para ti y que lo mejor y más sano que puedes hacer es marcharte. Es entonces cuando empiezas a caminar sola con tu propia historia y empiezas a bastarte a ti misma y a sentirte acompañada por tu propia alma, sin necesidad de mendigar lo que no existe, ni ha existido nunca

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.