Translate

miércoles, 22 de diciembre de 2021

Leyenda de la estrella de navidad

Leyenda de la estrella de Navidad. Escrita por Tintero creativo. Locución Tintero creativo.
Ella era la pequeña Elisa. La niña más pobre del lugar. Tenía los zapatitos tan rotos que por las puntas asomaban sus pequeños dedos y  ella daba gracias a Dios porque que tenía zapatos. Unos zapatos que alguien tiró a la basura y que la pequeña Elisa recogió encantada y con mucho agradecimiento.
Su vestidito raído y lleno de roturas por el paso del tiempo ponían el broche a la miseria que envolvía la vida de la chiquilla.
Pobrecita Elisa, no tenía a nadie. Su madre murió al traerla al mundo y su padre las había abandonado antes de que ella naciera. Un alma caritativa se había ocupado de ella. Pero la Anciana que con tanto amor la crio había muerto hacía unos años y Elisa se  quedó completamente sola. A sus poco años tuvo que improvisar una especie de chabola cerca de un vertedero, donde se abastecía y alimentaba con lo que los demás tiraban.
Se acercaba la Navidad y todos corrían para arriba y para abajo alborozados. Decían que iba a venir al mundo el Mesías y que querían llevarles los más ricos regalos. Todos se preguntaban donde nacería aquel hermoso y divino niño ¿Quizás en un gran palacio? donde todo sería de oro, plata y pedrería.
 Era una gran ocasión para mostrar su gran y generoso corazón.
Elisa quería llevarle al niño un presente. Pero la pobre niña nada tenía que ofrecer. Ni siquiera tenía un bonito juguete con el que presentarse delante de Jesús.
Una noche tras grandes lluvias que casi habían arrasado la humilde chabola, Elisa fijo su mirada en un charco que se había formado cerca del humilde hogar
y al hacerlo se llevo una grata y maravillosa sorpresa. En el fondo del charco estaba titilando la estrella más hermosa que jamás vieran sus ojos. Corrió presurosa y tomando un viejo cubo que había encontrado en la basura se dispuso a atraparla para llevar aquel maravilloso tesoro a Jesús.
Le brillaban los ojos de felicidad mientras se decía:
Esta estrellita es muy hermosa. Estoy segura que el niño Jesús va ser muy feliz cuando se la muestre.
Tapó con mucho cuidado el cubo para que la estrella no se escapara y volviera al cielo. Cuando llego el día señalado todos sabían donde había nacido Jesús y todo se preguntaban el porque había nacido en un establo tan pobre en vez de elegir un gran palacio cubierto de oro y plata. A todos les pareció un hecho insólito y sorprendente. Pero todos marcharon con su ricos presentes al lugar indicado.
Y la pobrecita niña también marchó con su hermosa estrella.
Muy tapadita en el cubo para que no se le escapara.
Tenía que hacer el camino a pie ya que no tenía nadie que la llevara. Aunque estaba lejos de donde vivía no le importaba, se reconfortaba pensando en la alegría del niño cuando contemplara aquella preciosa estrella. Ella estaba deseosa de regalar al niño Dios aquella estrellita y quería preguntarle por su madre que no había conocido y que estaba en el cielo  y también por la ancianita que la crio y que con toda seguridad estaba junto a ella
Caminó mucho tiempo. Tanto que en los zapatitos se multiplicaron las roturas y los agujeros. Al fin diviso un lugar muy pobre, en el que todos estaban postrado ante el divino niño que sonreía con un amor y dulzura infinita.
Elisa casi no podía abrirse paso  entre tantas personas. Pero poquito a poco se fue acercando, hasta que al fin consiguió estar delante de santo niño. Jesús la miraba con gran dulzura y entonces ella destapó el cubo para sacar su precioso regalo y de pronto se dio cuenta que la estrella ya no estaba. El recinto no tenía techo y Elisa fijo sus ojos en el cielo. Allí estaba la hermosa estrella junto a las demás. Se había escapado del cubo. Se había quedado sin su preciado regalo para el niño Dios y empezó a llorar desconsoladamente. El niño al ver sus lágrimas extendió sus manitas hacia ella y el portal se iluminó con el resplandor de miles de maravillosas estrellas que caían desde las alturas y se posaban alrededor de la niña. Y fue entonces cuando sonó una música maravilloso y dos ángeles transparentes como dos  cristalinas gota de agua tomaron a Elisa y la transportaron por las alturas a un lugar maravilloso a los que mucho llaman cielo y otros Paraíso. Allí estaba la mamá de Elisa junto a un portal de belén y al niño Dios que sonreía y encima del portal la hermosa estrella que Elisa metiera en el viejo cubo. Era la estrella de la Navidad, que con su luz maravillosa iluminaba toda la estancia y todos los lugares de la tierra. Al lado de la mamá de Elisa estaba la ancianita que la había criado y que le sonreía con una angelical sonrisa.
Elisa se abrazó a su mamá y a la ancianita y su corazón se llenó de una gran alegría.
Al día siguiente amaneció un día de invierno gris y lluvioso.  La vieja chabola al lado del río y del vertedero estaba vacía. Cerca el río había una pequeña niña blanca y hermosa como una bella azucena. Tenía los ojos abiertos y la mirada fija en el cielo y una bella sonrisa se dibujaba en su pequeño y dulce rostro.  



 

Licencia de Creative Commons
Esta o
bra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.