Las heridas del alma

Cuando tenemos una herida abierta en el alma, es mejor no tocarla. Hay que vendarla con mucho cuidado y dejarla sanar. Lo peor que podemos hacer es hurgar en ella. De esa forma no llegará a sanar jamás. Todos tenemos nuestra propia forma de vendar las heridas de nuestra alma. Debemos ser paciente y dejar que el bálsamo del tiempo la vaya curando poco a poco, hasta que podamos mirarla y sólo veamos la cicatriz. Es entonces cuando ya podremos tocarla sin que nos produzca dolor...(Tintero creativo)

*Se que no es fácil, pero intenta no tocar nunca tus heridas abiertas, hasta que no estén cerradas. Recuerda que cuando se infecta una herida del alma y no puedes curarla, puedes morir de dolor.

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