Translate

domingo, 4 de abril de 2021

Mi conexión con los animales (Reflexión)

 Hoy al despertar y no escuchar el piar de mi hermoso corazón azul me puse a reflexionar.
Disculpen ustedes que les abra mi corazón y les cuente todo lo que está saliendo de él en estos momentos. Hacía mucho que mi corazón no se abría de esta forma. La muerte de mi pajarita azul lo ha abierto de par en par y siento hasta miedo a veces de lo que puede llegar a expresar.
esposo dice que mi conexión con los animales es mucho más que una conexión entre una mascota y un humano. Que es algo inmenso y que por eso me duele tanto y me cuesta tanto superarlo. Dice que él también siente mucho dolor, pero que no lo destroza como hace conmigo, que lo va superando poco a poco y que debemos seguir adelante, que debo aceptar que nuestra Azulita ya no puede regresar y que si esto me cuesta superarlo y afecta mi salud, por más que me duela, debemos renunciar a otro animalito en casa. Se que lleva razón. Cuando fui a adoptar a Azulita, me recordó como sufrí cuando perdí a mi gatita y como hasta mi salud se resintió. Pero yo no hice caso. Lo único que me importó en ese momento fue mi pollito y era tan pequeñito y parecía suplicarme que lo llevará a casa y que le diera un hogar. Así que lo lleve a casa y le di todo el cariño que tenía en mi corazón. Lo cuide con esmero. Sencillamente la adoraba y ella me adoraba a mi. Mi pajarita conocía hasta el ruido de mis pisadas y  lo diferenciaba de las pisadas del resto de miembros de nuestro hogar. Ella confiaba en mi ciegamente. Si yo estaba a su lado no sentía miedo de nada y todo estaba bien, pasara lo que pasara. Por eso he estado reflexionando sobre esta conexión tan fuerte con todos los animalitos que siempre han estado cerca de mi. Esto no es de ahora, es algo que me ha ocurrido desde siempre. Desde mi más tierna infancia, lo que para los demás era un animal, para mi era mucho más. Decían que no era normal, que era una niña demasiado sensible y que mi comportamiento no era el de una persona normal, que no podía sufrir tanto cuando le ocurría algo a un animal. He llegado a la concusión de que algo pasa conmigo. Algo que no es lo que ocurre con las demás personas. No se que es. Sólo se que siempre me han dolido estas cosas y  no he podido presencia como muere un animal  y que cuando tengo un animalito cerca de mi me quiere con locura y yo me vuelco en él totalmente y entonces empieza esa conexión que me cuesta tanto dejar cuando parte de este mundo.
Les voy a hablar de mi infancia para que entiendan un poco más esta forma de ser mía, que ahora me empiezo a cuestionar.
Recuerdo que cuando empecé a ir al colegio al volver de él con otras niñas, les hacia gracia que yo me apartara para no pisar las hormigas que iban haciendo un caminito por la calle. No quería matarlas. Pero las demás niñas si las pisaban y no les dolía hacerlo. 
Crecí rodeada de animalitos. Había perros, gato, pollos, gallinas, pavos, vacas y hasta un caballo. Vi nacer cada una de sus crías y me fascinaban. Las quería y las entendía. Entendía lo que sentían y podía sentir lo que ellos sentían. Cuando un perro se clavaba una espina en una de sus patas acudía a mi y yo se la quitaba, después me lamía.  A mi no sólo me lamían los perros, también lo hacían los gatos. Pero lo que ocurría  con los gatos era algo mucho más fuerte que con el resto de animales. La conexión era mucho más fuerte. Siempre fue así.  Recuerdo desde siempre a mi gatita cerca de mi. Posiblemente ya estaba cuando yo nací. También había más gatos y como he dicho antes también había perros. Los perros venían a mi y me querían mucho y yo a ellos. Pero los gatos, especialmente los gatos, siempre estaban cerca de mi. Estuviera donde estuviera siempre había un gatito cerca. Por aquel entonces yo sólo debía tener cinco o seis años y mi gatita debía tener la misma edad o quizás más. No lo se porque siempre estuvo. Así que es posible que cuando yo nací ya estuviera a mi lado. 
Lo que ocurrió con mi gatita fue algo a lo que nunca encontré una explicación. Ella era una gran cazadora. Cazaba de todo, incluso serpientes. Pero lo insólito de todo esto, es que cada vez que cazaba una pieza iba a la puerta de casa y maullaba con insistencia. No paraba de maullar hasta que yo salía. Entonces dejaba la caza en el suelo y se marchaba. Adoro los animales, pero nunca he sabido lo que significaba este comportamiento. Muchas gracias por vuestro apoyo, cariño y comprensión en estos duros momentos
Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional

(Imagen pixibay)




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.